lunes, 15 de agosto de 2011

XXXIV CONGRESO NACIONAL DE LA ANACCIM, DURANGO 2011







TEMA: 1.- Crónica de hechos, acciones o sucesos anecdóticos del Gral. Francisco Villa en el municipio de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México.

Introducción

El municipio de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México, al igual que los de Tula, Palmillas y  Miquihuana del mismo estado, y Dr. Arroyo, Mier y Noriega y Zaragoza, Nuevo León. Son villas que están muy cerca del área revolucionaria que acaudilló el profesor y general  Alberto Carrera Torres durante los meses de noviembre a  diciembre de 1910, y de enero a mayo del siguiente año, integrando su “Ejército Libertador de Tamaulipas”, en contra de la dictadura de Porfirio Díaz.
El profesor Alberto Carrera Torres, se levantó en armas en apoyo al “Plan de San Luis Potosí”, encabezado por don Francisco Ignacio Madero, tomó la ciudad más importante de la región (Tula, Tamaulipas) el 21 de mayo de 1911, y la puso al servicio del “Apóstol de la Democracia”.
Una vez que triunfó la revolución de Madero, se regresó a las actividades normales y a defender sus ideales.
Fue en la segunda parte de la Revolución Mexicana, cuando retornó a la lucha armada, pero ahora con la Brigada  Gustavo A. Madero y se internó en el movimiento social más importante al inicio del siglo XX, de 1913 a fines de septiembre de  1914, coincidió con los constitucionalistas, pero después de la convención de Aguascalientes, decidió con el general Francisco Villa, y ahí empezó su derrota pausada, y por consecuencia los subalternos que lo siguieron, sufrieron derrotas, persecuciones, emboscadas y otros males de parte de los carrancistas, quienes ostentaban el poder.
La ciudadanía de Bustamante y los municipios vecinos soportaron muchas penurias, al igual que todos los villistas en el México de aquellos días, y tuvieron que salir a esconderse en lo alto de las sierras, arroyos cercanos, sótanos de las iglesias y  cuevas lejanas, en busca de salvar el pellejo carrerista.
Pero mejor dejemos a doña Cerafina, María de Jesús y doña Juana Torres, que nos comenten los tiempos que vivieron, por ser personajes de la época revolucionaria, en un lugar donde se apreciaba al general Francisco Villa.



CERAFINA NAVA GÓMEZ                                                                                              1906 – 1998

Doña Ceráfina Nava Gómez, nació el 12 de octubre de 1906, en el rancho “San Miguel de Waldo”, municipio de Mineral de Bustamante, Tamaulipas. Fueron sus padres Protasio Nava Bernal y María de la Luz Gómez.
Durante su juventud vivió en San Miguel de Waldo, municipio de Mineral de Bustamante; Tamaulipas, posteriormente radicó en la Villa de Jaumave, Tamaulipas y para 1917, ya vivía definitivamente en la Villa de Mineral de Bustamante.
La niña Cerafina Nava Gómez, contaba con cuatro años, un mes y ocho días de edad, cuando inició la primera parte de la “Revolución Mexicana de 1910”, encabezada en Mineral de Bustamante, Tamaulipas por el joven profesor   Carrera Torres y su familia, quienes apoyaron al Apóstol de la Democracia don Francisco Ignacio Madero.
En el segundo periodo de la Revolución, y a mediados de marzo de 1913, ya contaba con siete años de vida, y a la vez ya comprendía lo que estaba pasando, pues era  la que daba aviso cuando venían los soldados huertistas, y unos años más tarde los carrancista, buscando a los  revolucionarios afines a Carrera Torres y a los que seguían su ideal en apoyo a la Revolución.
La niña Cerafina se encargaba de informar a sus padres de las polvaredas que formaban los caballos de los soldados huertitas o carrancistas, o bien de ambos bandos, y era cuando sus hermanas mayores corrían a esconderse entre el arroyo cercano al rancho, pues de no hacerlo, serían llevadas por los soldados, pero como ya conocían los escondites, se salvaban de milagro.
Al apaciguarse la rebelión entre los años veintes, la joven Cerafina tenía 14 años, por lo tanto ya estaba próxima a ser casadera, el domicilio de sus padres en la localidad de Mineral de Bustamante se ubicaba entre las calles: Juárez y Escobedo, esquina con Francisco Ignacio  Madero. (Nombre actual). En el solar donde ahora vive el señor Odón Barrón Bustos y familia.
Fue el año de 1928, cuando contrajo matrimonio con el joven Antonio Verber del Valle; de este matrimonio nacieron 12 hijos: Baltazar, Julia, Juan B., María del Refugio, Hermelinda, Juventino, Severina, Antonio, Francisco, Severina, Francisco, Antonio (los nombres que se repiten, es porque murieron y repusieron los nombres con otros hijos). La familia Verber Nava fue próspera y en 1956, tuvieron que emigrar a la capital del estado, Ciudad Victoria, para educar a sus hijos, de los cuales cinco de ellos fueron profesionistas, 3 hombres y 2 mujeres. Mientras que Baltazar murió el 28 de julio de 1959 (muy joven), en Mineral de Bustamante y Juan Bautista, se convirtió en el político municipal que en dos ocasiones dirigió los destinos de Bustamante, formando un triunvirato con sus primos Abdón y Carlos Trejo Nava, de 1976 hasta 1995.
A Doña Cerafina Nava Gómez, se debe el relato más fidedigno de la muerte “de los Álvarez”, en 1926, cuando dos grupos disputaban la presidencia municipal, por un lado Dolores Álvarez y por la parte contraria el capitán Ricardo Barrón Pérez.
Decía Doña Cerafina: “Nosotros vivíamos en el solar donde vive Adelaido Barrón Llamas, por eso vimos todo, los de Ricardo Barrón estaban en el solar donde vive Antioco Trejo y los Álvarez en la presidencia, cuando se vinieron los de Barrón, un personaje de apellido Portillo gritaba: ¡Ríndanse los Álvarez! Pero Dolores Álvarez decía: ¡No tiren! Gritaba otra vez Portillo ¡Ríndete Dolores! Y entre el grupo de los Álvarez decían: ¡Primero muertos que rendidos mi hermano! Fue entonces cuando empezaron a disparar los de Barrón, matando a Dolores en la calle,… a otros en las paredes de la escuela vieja que ahora es un kinder llamado “Margarita Maza de Juárez”, uno de los moribundos pedía agua, entonces uno de los malhechores le disparó el tiro de  gracia diciendo: “Aquí está tu agua”.
Entre los que murieron fueron: Dolores Álvarez, Rómulo Báez, Sixto Álvarez, entre otros. Aclaraba, los que estaban con los Álvarez, tal vez fueron a comer, pues salieron de la presidencia y venían por la calle Juárez, comiendo semillas de calabaza, fue muy triste la muerte de los Álvarez, después de muertos, les quitaron: chamarras, camisas, sombreros, bueno los dejaron en ropas menores, ojalá que estos hechos no se repitan.
Cabe decir, que Doña Cerafina Nava Gómez, murió el 11 de octubre de 1998 a la edad de 92 años en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Sus restos descansan en el panteón municipal del “Cero Morelos” de Ciudad Victoria, Tamaulipas, México.
Esta mujer vivió los estragos de la revolución y pudo observar hechos históricos y guardarlos en su memoria, por ello merece ser reconocida como una mujer importante en la vida de Mineral de Bustamante, Tamaulipas.



C. MARÍA DE JESÚS NAVA GÓMEZ
 (1888 – 1976)



            En el rancho conocido como San Miguel de Waldo, municipio de Bustamante, Tamaulipas, nació la niña María de Jesús Nava Gómez, en el año de 1888. Fueron sus padres Protasio Nava Bernal, y Ma. de la Luz Gómez. Este matrimonio formó un hogar numeroso, integrado por: Feliciano, Protasio, José, Francisco, Juan, María de Jesús, Clara, María de la Luz, Belem, María y Cerafina Nava Gómez.
            Esta familia fue conocida como emprendedora, de mucho trabajo, siempre responsable, dedicada a su pequeña propiedad. Con el transcurrir de los años, se fueron integrando a otras familias de la región, siendo semillero de gente trabajadora, educada, músicos y en algunos casos revolucionarios del Carrerismo, recordemos que el general Alberto Carrera Torres, decidió con Francisco Villa, por coincidir en varios puntos de carácter revolucionario al servicio del pueblo.
            La joven María de Jesús Nava Gómez, contrajo matrimonio en 1912 con el C. Odón Trejo Martínez, hijo del Sr. Longinos Trejo. De este nuevo matrimonio bustamantense se constituyó cuando el primer periodo revolucionario gozaba de aparente calma, pues el general Alberto Carrera Torres, año y medio antes había tomado las armas para derrocar el  Porfiriato y a  los malos hacendados del área, donde familiares de los Nava, también se enrolaron en su “Ejército Libertador de Tamaulipas”.
            El matrimonio Trejo Nava, formó una familia numerosa, siendo su hijo primogénito el niño Abdón, quien nació un 22 de enero de 1915 y murió en 1993, Abdón fue toda una institución con el tiempo en Tamaulipas y la ciudad  de México, pues tomó la carrera de las armas, llegando a mayor, egresado del Heroico Colegio Militar de México. Fueron hermanos de
Abdón: Longinos, Esperanza, Carlos, Bertha, Inocencio, Rigoberto, Gloria, Ninfa y Baudelio. En un matrimonio anterior don Odón Trejo Martínez había tenido a Crisogono, María Aurora, Pedro, Miguel y José Trejo Hernández, pero doña María de Jesús, los veía como a sus hijos.
            Como podemos observar, la familia Trejo Nava fue muy grande y vivieron los momentos más difíciles de la Revolución Mexicana, sin embargo supieron sacar adelante a todos sus hijos. Al morir don Odón, la señora María de Jesús Nava Gómez, seguía dirigiendo a sus hijos sin importar que fueran adultos, les llamaba la atención con autoridad  cuando le asistía la razón, es el caso de su hijo Baudelio que nada mas la veía llegar a donde él estaba y sin hacer ruido, salía escurridizo rumbo a su casa, aunque este gran personaje le hacia bromas sanas cuando le cambiaba los billetes verdaderos por billetes de juguete y para cuando se daba cuenta doña María de Jesús era muy tarde, sin embargo su buen sentido del humor le regresaba la sonrisa y se compadecía de su hijo diciendo: “pobre de mi hijo que Dios lo cuide”, y como bendición divina Baudelio todavía vive, el cual, toca instrumentos musicales, compone bonitos corridos de la región y los canta en estos tiempos.
            Todos los hijos de doña María de Jesús Nava Gómez, fueron progresistas gracias a su gran interés de conducirlos, formarlos y heredarles sanos principios, unos fueron militares, Abdón (mayor) e Inocencio (teniente), don Carlos, político honesto y reconocido, doña Bertha, enfermera en la Villa y los demás formaron familias que en la actualidad le sirven a Tamaulipas y a México, en diferentes trincheras de trabajo.
            Doña María de Jesús Nava Gómez murió el 29 de noviembre de 1976 en la Villa de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México, sus restos descansan en el panteón municipal de la propia villa, al final de la calle Morelos con destino al norte.
            Doña María de Jesús Nava Gómez,  también contaba de los momentos que sufrió la población para escaparse de las balas y los hombres revolucionarios de Carranza, que buscaban ansiosos a los carreristas y a las jóvenes mujeres que estaban escondidas hasta en los panaderos de los traspatios, por sus momentos vividos en los tiempos de la revolución,  merece un lugar importante en las páginas de la historia de Mineral de Bustamante y Tamaulipas hoy y siempre.



C. JUANA TORRES VILLANUEVA
1858 – 1940

Nació en el rancho San Antonio de Padua, del municipio de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México, el 24 de Junio de 1858, fueron sus padres el señor Epifanio Torres y la señora Felicitas Villanueva.
Contrajo matrimonio con Candelario Carrera Muñoz, hijo de Dionisio Carrera y Petra Muñoz, originarios de la hacienda del Carmen, San Luis Potosí. Durante los primeros años de matrimonio, vivieron en diferentes puntos del municipio de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, entre ellos: San Antonio de Padua, La Mesa de los Altos, El Aguacate y finalmente en el Rancho “El Polvo”, donde asegura don Candelario que nació su hijo Alberto Carrera Torres el año de 1889. Sin embargo doña Juana Torres Villanueva, expresó de viva voz, que su hijo Alberto nació en el Rancho “Atarjeas” el 23 de abril de 1887, del mismo Municipio. Doña Juana y Candelario, tuvieron otros hijos de nombre: Eutiquio, Francisco Sulpicio, Fausto, Antonio, Benito y Juana; todos revolucionarios de 1910 a 1918, incluyendo a doña Juana y Candelario su esposo, de igual manera varios familiares del clan Carrera Torres.
Los ranchos “El Polvo y Atarjeas”, distan unos dos kilómetros uno del otro, si tomamos de referencia el de Atarjeas que se encuentra hacia el poniente. Los dos ranchos pertenecían a la jurisdicción de Calabacillas, hacienda que era propiedad del español Francisco Ibargûengotia, establecido en la ciudad de Tula, Tamaulipas; según manifiestos de 1908.
Doña Juana Torres Villanueva y su esposo don Candelario Carrera Muñoz, enviaron a su hijo primogénito Alberto a realizar sus estudios a la ciudad de Tula, Tamaulipas, después de haber pasado sus primeros años entre los ranchos “El Polvo y Atarjeas”, enclavados entre las faldas de la sierra del municipio de Mineral de Bustamante, comunicados estos dos rancho hacia el Norte con el rancho El Aguacate, La hacienda del Gavilán, la Villa de Mineral de Bustamante, la hacienda de Santa Ifigenia, la Villa de San Juan de la Miquihuana y los ranchos de Valle Hermoso y la Marcela, ubicados en lo alto de la sierra de Miquihuana, con salida al estado de Nuevo León y  al Sur con la hacienda de Calabacillas y Tula, Tamaulipas.
Fue doña Juana Torres Villanueva, la mano conductora de la educación de sus hijos, pues mientras Alberto se preparaba en la ciudad de Tula bajo la tutela del maestro Manuel Villasana Ortiz, ella continuaba con las actividades cotidianas en el solar familiar, cuando su hijo Alberto empezó a ejercer como maestro en la Villa de San Juan de la Miquihuana, Tamaulipas, en 1908-1909. El panorama de vida de la familia Carrera Torres se tornaba diferente y doña Juana tenía que lidiar con el cuidado y conducta de los otros hijos, pues la responsabilidad recaía en ella, ya que su esposo Candelario, se ganaba la vida en el traslado de mercancías del pueblo de Miquihuana a la ciudad de Tula y en ocasiones hasta San Luis Potosí.
Según datos del C. Marcos Hernández Cervantes, cronista de Miquihuana, don Candelario y doña Juana, vivieron en la villa entre los años de 1908 a 1910, pues don Candelario trabajaba para el hacendado Juan J. Castaños y tenían su solar en donde actualmente se encuentra la Escuela Secundaria “Alberto Carrera Torres”,  en la propia Villa de Miquihuana.
Al levantarse en armas su hijo Alberto Carrera Torres y don Candelario, su esposo, en noviembre del mismo año y después de haber pasado por varios problemas por defender sus derechos, y a los campesinos pobres, doña Juana, siempre apoyó e incluso participaba en las acciones de armas, lo mismo giraba documentos a los subalternos de su hijo Alberto, para buscar las formas de atacar al enemigo, atendió heridos, enfermos. Dio protección a soldados de la Revolución que coincidían con la causa, buscaba víveres, armas y se hacía llegar hasta los escondites ubicados en la sierra de Mineral de Bustamante, Miquihuana, Tula y la región, donde se encontraban los guerrilleros de Carrera Torres.
En cierta ocasión, se escondió en una cueva llamada  “del perro” muy cerca del ojo de agua del rancho “Atarjeas”, pues conocía perfectamente el lugar y los caminos que conducían a las rancherías y pueblos. De la cueva del perro, cerca del  rancho “Atarjeas” en tiempos de la Revolución, salió discretamente por los caminos de herradura, llegó a la hacienda del Gavilán y desde este lugar la escoltó el capitán Ricardo Barrón Pérez, (nativo de Mineral de Bustamante) con su gente, pasando por Santa Ifigenia hasta Miquihuana y de ahí los coroneles Pomposo Vargas y Juan Bautista Amaya, la  escoltaron a las Joyas de Marcela, donde se encontraban las tropas de sus hijos.
Entre los meses de junio y julio de 1915, fue aprendida en el rancho el Carrizal de Moctezuma y enviada a Ébano, S. L .P., en compañía de sus hijos Francisco y Benito, fue entregada al general Gaspar de la Garza, quien los remitió a Tampico, siendo liberada allí por órdenes del general Emiliano P. Nafarrete. Todos estos atropellos de los que habían peleado juntos al general Carrera, su hijo para terminar con el chacal Victoriano Huerta, ahora eran sus enemigos políticos, pues el profesor y general don Alberto Carrera Torres, optó por seguir la lucha interna con el general Francisco Villa desde la convención de Aguascalientes, aquel primero de octubre de 1914, por ello los carrancistas la emprendieron contra los carreristas en donde se encontraran.
Al fusilar a su hijo, profesor y general Alberto Carrera Torres, en ciudad Victoria, Tamaulipas, el 16 de febrero de 1917, se encontraba en la ciudad de Tula, Tamaulipas y después de la muerte de  Candelario, (su esposo),  Eutiquio y Alberto,(sus hijos), doña Juana Torres Villanueva, siguió viviendo en Tula, posteriormente se trasladó a la ciudad de San Luis Potosí, S. L. P., donde vivió  gran parte de su vida, llegando a una edad avanzada y murió tranquilamente a la edad de 82 años, el 22 de agosto de 1940.
En la tumba de doña Juana Torres Villanueva, localizada en el panteón municipal “El Saucito”, de la ciudad de San Luis Potosí, dice: “JUANA T. VDA. DE CARRERA. *EL 24 DE JUNIO DE 1858. *EL 22 DE AGOSTO DE 1940”. SUS HIJOS Y NIETOS LE DEDICAN ESTE RECUERDO. R. I. P.
Los datos encontrados en el panteón municipal que se menciona, fueron aportados por el Ing. Antonio Humberto Aranda Carrera, nieto del general Don Benito Carrera Torres el 11 de noviembre del 2010, a quien le agradezco sus finas atenciones. Terminaré diciendo.
Mujeres como doña Juana Torres Villanueva, merecen ser recordadas, ponerlas en el pedestal que les corresponde, que sean ejemplo de valor y patriotismo por defender a su pueblo y a la patria que las vio nacer, para que las nuevas generaciones tomen conciencia de las luchas libradas para gozar del México de nuestros días y recapitulemos que ella soportó directamente los maltratos de los carrancistas por decidir su hijo con el “Centauro del Norte”, general Francisco Villa, (José Doroteo Arango Arámbula) oriundo de este  próspero y fraternal estado de Durango.



Síntesis

Al triunfar la Revolución contra el Gral. Victoriano Huerta Márquez, durante los años de 1913 y 1914, las luchas internas de todos los protagonistas y caudillos se tornaron en una cacería de amigos y enemigos entre las mismas fuerzas que pertenecieron al Ejército Constitucionalista encabezadas por don Venustiano Carranza. Los que decidieron por el carrancismo corrieron con mejor suerte, porque los seguidores del general Francisco Villa fueron perseguidos y aniquilados de diferentes formas.
Unos fueron fusilados, otros encarcelados hasta su muerte, mientras que en algunos casos las constantes alineaciones al bando contrario salvaba la vida de los villistas, al convertirse al carrancismo con los generales conocidos como Pablo González y muchos más.
Los pueblos como Mineral de Bustamante, donde la mayoría de los revolucionarios apoyaron al general Alberto Carrera Torres, sufrieron los ataques de los carrancistas, fue hasta que los hermanos Cedillo y Francisco Sulpicio Carrera Torres, acordaron con los altos mandos del constitucionalismo, cuando las cosas tomaron mejor rumbo y empezó a surgir una paz aparente, pues ahora los pleitos se daban entre los jefes regionales o de los municipios, destruyéndose entre ellos mismos, en busca de imponer sus ideas y autoridad sobre sus propios  hermanos de lucha.



Fuentes consultadas:
1.- Archivo Histórico del Estado de Tamaulipas.
2.- Registro Civil del Estado de Tamaulipas.
3.- Diario del Panteón Municipal de Ciudad Victoria, Tamaulipas del “Cero Morelos”.
4.- Archivo Municipal de Mineral de Bustamante, Tamaulipas.
5.- Archivo del Registro Civil de Mineral de Bustamante, Tamaulipas.

6.- Visitas directas a los panteones municipales.
7.- Semanarios “La Voz de Tamaulipas y de Tula, Tamaulipas.
8.- Entrevistas directas con los familiares de los personajes del tema.




EL XXXIV CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE CRONISTAS DE CIUDADES MEXICANAS, SE REALIZO LOS DÍAS 28, 29 Y 30 DE JULIO DE 2011 EN LA CIUDAD DE VICTORIA, DURANGO, DGO.

J. León Rodríguez Zúñiga, Cronista de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México, representó dignamente a su Municipio y Estado
 



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