jueves, 8 de diciembre de 2011

AMELIA PÉREZ VERBER DE REYNA 1947-2011



MARIO, LA MIRADA Y EL CONSEJO DE UNA MADRE, SON LA VENDICIÒN DE DIOS.

Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México, a 6 de diciembre del 2011. El día de ayer por la mañana dejó de existir la señora  Amelia Pérez Verber de Reyna, en la ciudad de Victoria, Tamaulipas, a la edad de 64 años, originaria de la Villa de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, lugar a donde fue trasladada para darle cristiana sepultura en el panteón municipal.
 Doña Amelia Pérez Verber, nació el 15 de julio de 1947, siendo sus padres: Agapito Pérez Trejo y María Verber Álvarez. La familia de los Pérez Verber se integró de los hermanos: Santos, Rigoberto, Melchor, Francisco, Hortensia, María Aurora, Englantina y Amelia, si me faltó algún integrante de la familia, pido una disculpa.
La joven Amelia, contrajo matrimonio con el joven Julián Reyna Escobar, hijo de don Francisco Reyna Rodríguez y la señora María del Refugio Escobar Campa, originaria de la Villa de Palmillas, Tamaulipas. Don Francisco y dona Cuca, como le llamábamos, tuvieron varios hijos llamados. María Luisa, Felipe, Sofía, Gregoria, Cipriano, Gloria, Julián y Paula, Reyna Escobar.

Al contraer matrimonio con  el joven Julián, Dios les regaló varios hijos: Mario, Ma. Elena, Blanca Esthela, Reynaldo, Francisca, Rosa Eurania, Norma, Francisco y Esmeralda. Toda esta familia ha vivido entre las calles Morelos y Zaragoza, por la calle Allende, por lo tanto desde que un servidor se cambio de su domicilio natal, entre Matamoros y Bravo, por la calle Hidalgo a las calles Allende y Zaragoza esquina y en tiempos de mi niñez, pude convivir muy de cerca con Mario y sus hermanas y hermanos mayores, María  Elena y Reynaldo.

Claro que Mario siempre fue el motor de la amistad hasta la fecha, mientras Ma. Elena, fue mi compañera de escuela primaria, secundaria y normal, en San José de Las Flores, recuerdo que a María Elena, nadie le ganaba en lectura rápida, bueno hasta ganó concursos de lectura en primaria,  cuando nuestro maestro Ramón Hernández Paz, le echaba todas las ganas. Siguió preparandose e hizo una carrera normalista. Puedo asegurar sin temor alguno,  que la familia de don Julián y doña Amelia, es una gran familia de profesionistas, así como otros compañeros de Bustamante, Tula, Jaumave Miquihuana y  municipios de de la región serrana y no del altiplano, como le dicen equivocadamente, de Tamaulipas, San Luis y Nuevo León, amén de otros estado, gracias a los gobiernos de los setentas del siglo pasado y a dos grandes maestros que merecen un monumento en las plazas publicas de muchos municipios tamaulipecos y de la zona ixtlera, me refiero a la MAESTRA AMINA MADERA LAUTERIO Y EL MAESTRO JOSÈ LUIS GARCÌA GARCIA, quienes impulsaron y lograron fundar las normales del Cedral San Luis Potosí y San José de Las Flores, Municipio de Gûemez, Tamaulipas, México.

Retomando el tema de la partida de este mundo de doña Amelia Pérez Verber, el día 5 de diciembre entre 5 y 6 de la mañana y velada en su domicilio de la calle Allende, de la Villa de Mineral de Bustamante, hasta donde acudió mucha gente de buena fe, pude ver alumnos y maestros de las instituciones de la Villa, pues como el familiar de ambos lados es numeroso, asistieron los Pérez, los Reyna y amistades varias y claro que sus hijos, nietos, nueras y yernos, todo bajo una completa armonía dentro de lo que cabe, dijo armonía, porque los cantos de la religión católica, siempre estuvieron presentes, todo se tomó con la resignación adecuada, vi a todos sus hijos aceptar con madurez la partida de su estimada madre, aspecto no muy común, pues en algunos casos el llanto prolongado nubla nuestro pensamiento, pero no me toca juzgar, pues son pasos de la vida muy naturales y a la vez fuertes.

En el diálogo con una de sus hijas, me comentaba que su madre siempre les inculcó el bien, que cuando faltara siguieran muy unidos, porque solamente así podrían salir adelante y en verdad los que conocimos a doña Amelia, sabemos que fue una madre entregada a sus hijos. Después de las 3 de la tarde del día 6, fue trasladada a la Parroquia de San Miguel Arcángel, donde recibió misa de cuerpo presente, acompañada de todo el familiar que pudo e hizo el sacrificio de estar, vecinos del pueblo y la misa estuvo  a cargo del padre Pedro Díaz Herrera responsable del templo, agregando unas palabras escritas por el compañero y amigo Luis Walle Reyna, pronunciadas por otra persona, posteriormente, partieron por la calle Morelos, hacia el norte, donde se encuentra el “Panteón Municipal”, y ahí descansa en Paz a, partir del día 6 de diciembre, por la tarde del 2011 a la edad de 64 años.

Estimado amigo Mario, hermanos, don Julián y familiares de ambas ramas familiares, nuestra familia, se une a su pena y desea que muy pronto encuentren la tranquilidad que se requiere en estos momentos que Dios les deparó, si bien es cierto que el hueco de una madre es muy  difícil sustituirlo, deben alimentarse de sus sanos consejos, la mejor de su sonrisa, la tierna mirada o la voz sagrada de su madre, pues recordemos, que las madres son las que unen a la familia, son las personas sabias  que siempre le piden a Dios por sus hijos, padres, esposo, en sí;… de toda su familia, desde el lugar donde esté,   seguro, estoy;…. que su mirada, su sonrisa y sus bendiciones, siempre serán para ustedes.
Res non verba.

jueves, 1 de diciembre de 2011

SIMONA TORRES ALEMÁN

SIMONA TORRES ALEMÁN
1885 - 1963

El año de 1885, cuando iniciaba el porfiriato. Apenas llevaba 9 años en el poder la dupla Manuel González Flores y el general Porfirio Días Mori. Ese año entre las calles Juárez, Bravo y Morelos, en el domicilio de Wulfrano Torres y Mariana Alemán, nació la niña Simona Torres Alemán, fueron sus hermanos: Cipriano, Antonio, Cándido y Fernanda.
Su niñez transcurrió muy tranquila, pero para 1910, ya contaba con 25 años de edad, por lo tanto vio como su padre y sus hermanos se fueron a la “Revolución” con el profesor Alberto Carrera Torres, siendo don Walfrano, su padre, hombre de confianza del posteriormente general Alberto Carrera Torres.
Cultivó una trabada amistad con la señora Audelia Pérez Bustos, madre del adolecente J. Ricardo Barrón Pérez en  1914. El joven J. Ricardo se marchó a luchar en la segunda parte de la Revolución Mexicana, con  las fuerzas del general Alberto Carrera Torres, regresó sano y salvo en 1915, continuó sus actividades cotidianas en la villa, pero muy cerca de los hermanos Carrera Torres.

En 1927, estableció vida matrimonial con el capitán J. Ricardo Barrón Pérez a la edad de 42 años y en 1928, la felicidad se hizo presente al traer al mundo a su hijo Román Barrón Torres el 9 de Agosto del año que se menciona.
Don J. Ricardo Barrón Pérez, compró la casa y solar que perteneció al teniente de caballería Juan Lucio Aguilar Ruiz a su hijo Juan Aguilar Santoy,  la casa está ubicada en las  calles Morelos, entre Escobedo y Juárez de la Villa de Bustamante. En este predio vivió doña Simona Torres Alemán con su hijo Román y esporádicamente su esposo J. Ricardo. Su hijo Román  se fue  a Gabino Vázquez en 1956,  a la edad de 28 años y  casado con Ma. Inés Hernández Bustos.     

Las personas que conocieron a doña Simona Torres Alemán, comenten que era una señora muy educada, respetuosa, vestida a la época, con llave de fierro a la cintura o colgada, muy católica y benefactora cuando era necesario.  

El 27 de Agosto de 1963 a las 15 hrs, su hijo Román Barrón Torres, se presentó ante el C. Julio Hernández  Estrada, oficial del Registro Civil para asentar lo siguiente:     
“En esta Villa a la edad de 78 años, a las 8 horas  del día 20 de Agosto  del año 1963, falleció en su domicilio particular, la señora Simona Torres Alemán (mi madre), después de tres meses de enfermedad causada por una embolia cerebral. Sus padres fueron Walfrano Torres y Mariana Alemán.



De esta manera murió doña Simona Torres Alemán, mujer paciente e inteligente, hija de cuna revolucionaria, pues su padre y sus hermanos, no dudaron en apoyar incondicionalmente a la causa insurgente de 1910. Doña Simona Torres Alemán a pesar de las tempestades de la vida, supo permanecer de pie ante los embates que el destino le deparó. 

Datos biograficos: J. León Rodriguez Zuñiga.