Los montes, montañas, ojos
de agua y frutos silvestres que proporcionaba la tierra agreste, pero socorrida
por un Dios divino, sin practicas de hombres blancos y barbados llegados del viejo
continente a los lugares vírgenes del cañón del mamaleón o paraje del
“pantano”, posteriormente.
En
éste lugar, conocido como el “Pantanito”, vivían los indios pisones en
1748.Foto: J. León Rodríguez Zúñiga. Cronista Municipal.
En estos lugares que mis
ojos hoy observan tranquilamente y que a través de los años fueron conquistados
por los hombres de armas, lanzas, armas de fuego, espadas y caballos. Sí aquí
donde se habían refugiado los indios pisones, quienes huían de los constantes
ataques, sometimientos, e invitación a convertirse al cristianismo, por
conducto de los frailes franciscanos.
C.
José Hernández Hernández, originario del Ejido Joya de Herrera, municipio de
Mineral de Bustamante, mostrando el lugar donde vivieron los indios pisones, en
el punto conocido como el “Pantanito”. Foto: J. León Rodríguez Zúñiga, Cronista
Municipal.
Si el 13 de agosto de 1521,
había sido conquistado definitivamente la gran Tenochtitlán, faltarían 225 años
para que los españoles y frailes religiosos pisaran estos lugares de mis
antepasados. Con la llegada de los primeros intrusos al pantanito 1746 en busca
de metales preciosos, empezó el dominio de diferentes formas a los pocos
indígenas que sobrevivían en estos intrincados valles y montañas, que no tienen
nada de altiplano, pero bueno son motes a modo de un sabor político.
En
1746, llegó hasta el “pantanito” don Nicolás Jacinto de Salazar, enviado por el
minero Antonio Garay, originario de Charcas, S. L. para que buscara los metales
de los cuales tenia conocimiento.
Unos cuantos pisones
concentrados en el lugar conocido como el “pantano”, debido a las aguas que
brotaban entre tierra fangosa, le dieron el nombre, pero al fin como en todas
las épocas, el hombre siempre habita muy cerca del agua en los inicios de
pequeñas o grandes culturas, sin importar el mundo que indiquemos.
Los mineros, siempre han
buscado la mejor veta de mineral para crecer económicamente, otros mueren en el
intento, mientras los cazadores de almas, buscan imponer su fe, sin importar hasta
donde deban llegar con tal de lograrlo, es el caso de los primeros pobladores
que llegaron de Guadalcazar, Matehuala y Charcas, San Luis Potosí el año de
1749. La caravana que llegó el 19 de febrero del año que les menciono, venían sin
sacerdote, no fue así con Hernán Cortés, cuando entró a territorio mexicano.
Pues en sus filas venía un sacerdote que los confesaba, perdonaba y a seguir
matando indígenas o a quienes se opusieran en su camino.
Padre
Franciscano. La primera misión que existió en el punto conocido como el
“pantanito o Mama león, en Mineral de Bustamante, fue dirigida por un sacerdote
franciscano, bajo la advocación de “San Miguel Arcángel”.
Cuando Antonio Nicolás del Castillo llegó con
su gente al “pantanito”, nadamas duró unos cuantos meses y se cambió de lugar,
para establecerse en el punto donde ahora existe el viejo Real de los Ynfantes,
cuyo nombre fue cambiado en 1828, por Mineral de Bustamante. Al llegar por
estos lugares y sin padre confesor que les redimiera los pecados, optaron por
invitar al que estaba en la misión de Tula, por un poco tiempo y después por
indicación de Don José de Escandón, se designó temporalmente al padre de
Palmillas, otra misión cercana al nuevo real. El primer padre de planta en el
Real de los Ynfantes se llamó Fray Nicolás de Salazar, (franciscano) y a él se
le atribuye que salieran los primeros nombres religiosos a los diferentes
paraje y amen de los devotos que quisieron ponerle a sus dominios nombres de
santos o de su preferencia.
Esquina
de la calle Morelos y Allende, lado norte de la villa de Mineral de Bustamante.
Foto: J. León Rodríguez Zúñiga. Cronista Municipal. Ahora se levanta una habitación
moderna, realizada por el albañil Tomás Rodríguez Hernández. (El 2011).
El nombre principal de la Misión,
fue San Miguel Arcángel, debido a que el pantano, se encontraba, en un lugar
donde habitaba el mal y solamente San Miguel Arcángel, rey de todos los
ejércitos celestiales, podría dominarlo, colocando su pie o su vota sobre el
pescuezo, el día de este ángel celestial es el 29 de septiembre.
Parroquia
“San Miguel Arcángel”, ubicada en la esquina norte, entre las calles Juárez e Hidalgo, por la calle
Morelos, frente a la plaza de armas o de la “Independencia”, lado Oriente.
Foto: J. León Rodríguez Zúñiga.
Otra deidad de la fe
católica, es Santa Efigenia, (no confundir con Ifigenia) y su fecha de
festividad es el 21 de septiembre. Santa Efigenia, es la virgen de los negros,
pues fue quemada al no aceptar desposarse con un rico señor de familia real,
por esta razón se llama Santa Efigenia desde los años de 1749 a 1768, según
registros documentados y los primeros dueños de esa Joya denominada “Joya de
Santa Efigenia, fueron: Gregorio Catache, Marcelino Catache, Blas Vázquez, Javier
Pérez, José Herrera, Santiago Jacobo, Antonio Alemán y Tomás Alemán, les dieron
posesión el mes de diciembre de 1768, mientras que los dueños de Santa Lucía,
eran: Juana Galván y Felipa López, el mismo año le cedieron los derechos. Res non verba.
Posdata: Cuando se juntan
los hombres que decidieron, añoran tiempos de gloria, falso es que busquen
enderezar caminos perdidos, cuando sus caballos usaban tapaojos, (tapujos).
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