Es muy común ver a compañeros y amigos del municipio de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México, en diferentes lugares aledaños al mismo, de igual manera encontramos mineralenses bustamantenses en los municipios de Tula, Ocampo, los Morelos, Mante, Xicoténcatl, ciudad Victoria, Jaumave, Palmillas, Miquihuana y otros municipios frontera del estado, como Mier y Noriega Nuevo, León.
Pero lo fuerte de la emigración la encontramos en las grandes ciudades como: Monterrey, San Luis, México, Tampico, Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo y muchos hermanos de ambos sexo han cruzado la frontera nacional para internarse en el desierto americano, exponiendo sus vidas en el Río Bravo; la mayoría logran su sueño, mientras otros mueren en el intento y jamás se vuelve a saber de ellos, solamente el consuelo dado a sus familiares cuando les dicen: Por ahí andan, dicen que los vieron en tal parte o se fueron más al norte, por no decir al cielo.
Quizás extendí mucho la nostalgia por los que nos quedamos o por que se han ido en busca de mejores oportunidades, que por supuesto es en busca de fortuna.
Es pertinente aclarar, que algunos que se han ido ven en sus padres y familia, toda su fortaleza, pues les mandan dinero para que hagan buenas casas, coman bien, vivan mejor, compren ganado, carros, tractores….Mientras otros se olvidan de todos, no regresan y reniegan de sus progenitores, el ejido, la villa o su domicilio, maldiciendo el lugar donde nacieron por ser tan humildes, lo que no saben, es que Mineral de Bustamante, es el paraíso de la tranquilidad, donde todavía se respira aire puro, buenas costumbres, honestidad (QUE ESTÁ EN DECADENCIA), atenciones sociales, donde el saludo sigue siendo un privilegio.
Hacen unos días, detuve la marcha del mata trenes en la fonda de “Don Chava”, ahí en Palmillas, claro que es una costumbre añeja de saludarlo y dialogar un poco acompañado de un rico café con morelianas y cual sería mi gran sorpresa al ver a un buen amigo y su esposa, originarios del Ejido Gral. Felipe Ángeles, ayer llamado Congregación El Gavilán, en tiempos de hacendados, “Hacienda El Gavilán” y en la colonia”Paraje El Gavilán”. Bueno, tenía ante mi presencia nadamás y nadamenos que al C. José Vázquez Vargas y su distinguida esposa Heladia Contreras Vargas, a quienes con mucho gusto les saludé y nos dimos un abrazo sincero y casi interminable.
El amigo José me comentó que ahora vive en el municipio hermano de Palmillas por cuestiones de trabajo y que gracias a Dios les va muy bien, considero que es verdad porque es una persona responsable como la mayoría de los habitantes mujeres y hombres del Ejido Gral. Felipe Ángeles, “El Gavilán”. José y su esposa Heladia son padres de : San Juan, Ignacio, José Inés María Elizabeth y Dagoberto, por cierto tiene hijos en Estados Unidos de Norteamérica.
Los padres de José son: Ignacio Vázquez y Dominga Vargas y sus hermanos son. Juan Manuel y Félix Vázquez Vargas. Ha pero déjeme contarle que su esposa Heladia Contreras Vargas, proviene de sus padres Magdaleno Contreras de la Cruz y Simona Vargas Herrera, por lo tanto sus hermanos son: José Guadalupe, Paciano, Hermenegildo y Santa Ana Contreras Vargas, por lo tanto doña Heladia es nieta del Sr. Guillermo Contreras (finado) a quien escuché decir cuando se desasolvaba (sacando tierra) el estanque de los presos, se le llama estanque de los presos porque cuando un ciudadano cometía una falta administrativa lo llevaban o condenaban a realizar trabajos públicos y este era uno de ellos entre otros, como limpiar el caño que por cierto ahora se dedican a destruirlo los que viven cerca de él, en vez de conservarlo como reliquia histórica. Le comentaba estimado lector que en el estanque de los presos de la villa de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México, alguien de los mismos que se encontraba trabajando en la limpia del mismo le preguntó a don Guillermo: ¿Guillermo, cuántas botas de cuero se necesitan para sacar las tares del estanque?.- Don Guillermo, siguió trabajando, llenó su bota de cuero con tierra del estanque, la cargó y entre algarabía dijo: ¡Depende de la bota, si la bota está más grande que el “cerro del diablo” con una acabas y te sobra espacio!
Con esta respuesta capirana y de filosofía popular, terminó con la inquietud del hombre que lanzó la pregunta para el hombre que acarreaba la tierra en una bota de cuero y que por supuesto, llamaba la atención de los involucrados, visitantes y mirones, tal vez la pregunta era difícil para otros, pero para don Guillermo fue muy simple y de gusto agradable, pues la tomó como vacilada y signó trabajando con gran empeño.
Res non verba.
P.D. Si recuerda usted a Luis Donaldo Colocio Murrieta, seguramente también recordará al tamaulipeco. Dr., Rodolfo Torre Cantú.